sábado, 3 de septiembre de 2011
Collar de luna llena.
De lobo no soy nada más que dientes, los enseño y te amenazo, pero no voy a morderte.
Puede que salga la luna y me pida que la aulle, pero no quedan ganas ni de pensar que la tuve
Y sin darme cuenta, el barro se encharca y fluye la sangre de mis heridas abiertas
De tus palabras cerradas, de frases inacabadas, de las caricias mal dadas.
Hoy las hojas se revuelven en mi jaula, puedo oír como preguntan que ha pasado conmigo
que porque no miro al cielo, que levante la cabeza de la tierra y no huela más el suelo.
Les explico que no tengo dónde ir, y si tengo no lo encuentro
si me voy, o si vengo, del calor de las ventiscas ya solo quedan recuerdos
Del agua de aquellos charcos que me escupen mi reflejo
Y perdona si esto es cierto, pero he quedado tan inerte, que por sentir... ya no siento.
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Vamos, no te cortes, como si estuvieras en tu casa.