martes, 19 de marzo de 2013

Ya me lo he aprendido.

Tus dedos de los pies jugando a quererse los míos. Tu mirada perdida en las estaciones desiertas de mi espalda. Tus labios... Tus labios. Tu tendencia a recaer en mi sonrisa y la magia que desprendes al quitarte la ropa. El despertar de tus párpados, la cara hinchada y las ganas de desayunarte dos veces. Tu avión de papel. Tu vida de letras. Tus atrapasueños guardados entre los brazos, y tus estudios en cada uno de mis poros. Tus ciento cuarenta y seis lunares y los mil dos besos que te debo. Tus doce puntos de sutura. Mis doce errores. Nuestros veinticuatro te quieros que suenan en los acordes que he escondido bajo tu lengua.

He viajado por todos los rincones de mi mundo, y he puesto tiritas en todos los arañazos. Ya me lo he aprendido, y ahora, voy a olvidarlo todo para volver a empezar.

domingo, 17 de marzo de 2013

Los escucho.


Escucho a los bichos murmurar a mi alrededor, bajo cada azulejo, entre cada ladrillo. Me miran. Conspiran para ver quién se comerá mis huesos taladrados de heridas, de errores que se estrellaron entre las costillas, de puñetazos a la pared.
También sé de las raíces que rodean las estaciones, que aguardan mi despiste para trepar desde las vías y asfixiarme con su aliento a primavera helada.
¿Has escuchado a las nubes?
Dan vueltas sobre mi, a las puertas de la escalera mecánica al purgatorio de las casillas en las que marqué la opción incorrecta.
Los escucho, los veo, los siento.
Dejo a mi suerte el momento en el que me partan en mil trozos. Pero hoy estoy con ella. Hoy no me puede ni Dios.