domingo, 16 de septiembre de 2012

Si Gran Vía fuese un tobogán de besos.

Si pudiésemos morder nuestros miedos, si pudiese meterme en tu cuerpo junto al ruido que genera un beso, y arrancarte de las entrañas todo lo que nos impide saltar de cabeza a la piscina de tu pecho, sin preocuparnos de caer mal, y hacernos daño.
Si pudieses hacerme creer que nadie se meterá entre nosotros, porque no están a mi altura, y hacerme no dudar de todo lo que hago... Si pudieses...

Si tu piel, no necesitase más que estár cerca de la mía, si mis dedos, tuviesen como mayor afición perderse por tus recovecos...
Si me enseñases a quererte, si me ayudases a luchar contra mis instintos, contra los relojes que dicen que se me está escapando la vida, contra todos los expertos del corazón que me dan consejos que ellos no siguieron en su momento...
Si Gran Vía fuese un tobogán de besos, y Callao hablase para pedirnos que volviésemos a bajar una y otra vez.
Si al mirarte, mis ojos brillaran como cuando de pequeño ibas a comprarte un juguete nuevo.
Si al mirarme, vieses en mis ojos todo lo que encierran, y quisieses vivir en el parque de atracciones de mis labios...
Si tu ropa interior me clavase las uñas a la vez que me dice te quiero...

Pero a pesar de todo, somos dos cubitos de hielo que anhelan el calor del otro, pero tienen miedo de terminar derritiéndose.




1 comentario:

Vamos, no te cortes, como si estuvieras en tu casa.