miércoles, 7 de noviembre de 2012

Hasta el cielo está llorando.

Dicen que hay muros tan altos y tan duros, que no pueden derribarse.
Yo he visto caer al muro que escondía mis miedos, he visto cómo se rompían sus ladrillos,
uno a uno, con el caudal inminente e imparable de los lagrimales.
Sediento de justicia lo he visto hundirse en el barro.
He visto cómo se tejían enredaderas de abrazos sobre él, en un vano intento de impedirlo.
Le he visto desatarse las venas que le unían a las dudas.
He visto caer el muro más fuerte del mundo.

También he visto perder las hojas al árbol milenario del cariño.
Lo vi perder la corteza que tapaba el corazón del querer insaciable.
Vi cómo tiraba la última botella al mar, con un: "Te quiero, nunca llores"
Y callaba la voz de la experiencia cuando el árbol me pedía -en silencio- que cuidase del muro.
Hoy el cielo está llorando, hasta él está llorando.
El árbol cayó, y con él se cayó el muro.

Y aquí estoy, dispuesto a reconstruirlo.


M.M.F.M -De la vida al infinito-



2 comentarios:

  1. Quién puede entender lo que se siente, puede entender lo que se escribe. Allí estarán juntas como las reinas guerreras que son.
    Gracias por escribir esto Javi.
    Marian.

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    Respuestas
    1. Desgraciadamente, así es. No sé dónde estarán, ni tan siquiera si tras el fin del cuerpo queda algo, pero si queda, ellas deben ser más que reinas allí.

      Gracias por pasarte, Marian.

      Un beso.

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Vamos, no te cortes, como si estuvieras en tu casa.