lunes, 19 de noviembre de 2012

Queridos Reyes Magos...

Que se pierdan de una vez las mil formas de perderse, que se callen en la cama las dudas que nos congelan, que la vida deje de venderse en cada esquina y comparta un gramo de suerte con cada mirada perdida en el suelo.
Que dejemos de besar pensando en qué pasará después, que gritemos "quédate" aunque mañana me vaya, que aprendamos de una vez que ninguna persona pertenece a nadie y dejen de matarnos los celos.
Que no se llore si no es de alegría,  y no se folle sin terminar con un abrazo, aunque no sepas ni su nombre.
Que veamos que los demás, también tienen sus problemas, y quizás, con tres sonrisas le demos sentido a los días.
Que no chillen tus bragas cuando empiezo a olvidarlas, y que sepamos lo que pasará antes de querernos otra vez.
Que no haya luz, que no veamos, que aprendamos a observar sin los ojos, que un te quiero sea un te quiero, y no una forma de mentirse.
Que los amigos se queden, y te inviten a otra ronda. 
Que la muerte no nos pille por sorpresa, y nos deje recordar que cuando se vayan, les echaremos de menos.
Que dejemos de señalarnos si no es para dar las gracias.
Que respetemos el silencio de los corazones mudos, y no hagamos oídos sordos a los que nos piden que no les hagamos daño.
Que La Perla nunca cierre.
Que los parques sean la casa de las manos entrelazadas, las cervezas vacías, el rock and roll y los mordiscos en el cuello.
Que el miedo se ahorque por miedo de ser risa.
Que los niños no crezcan entre mierda, y lo que venga tras nosotros, sea una vida mejor.
Que mi hermano sea todo lo bueno que yo nunca podré ser, y mi peor lado, él nunca lo conozca.
Que la vida le de lo que merece a cada uno.
Que las palabras den más miedo que los puños.
Que la ropa deje de llevar etiquetas, y las carteras nunca estén por encima de las caricias.
 

Que a ti, que estás leyendo ésto, se te curen todas esas heridas que tienes aún abiertas, que aprendas que eres más de lo que piensas, que ese reflejo que hay en tu espejo cada vez que te paras delante no sea tu peor pesadilla, y el fango de tu dolor, en el que te revuelcas, se convierta en palomitas, que encuentres mejores blogs en los que perderte, ya que yo no tengo nada para darte, pero si te quieres quedar, aquí tienes un sitio.

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Vamos, no te cortes, como si estuvieras en tu casa.