lunes, 3 de diciembre de 2012

Carta del futuro.

Cuántos desperdicios, cuántos besos en el borde del retrete que saltaron al vacío, cuántos abrazos murieron en lugar de estrellarse contra el pecho, cuántas embestidas se quedaron mudas en lugar de gemir, cuántas veces debimos juntar las manos en vez de mirar hacia otro lado.

Quién te quitará la ropa que yo debí arrancarte, quién perderá toda vergüenza en tu pelo, quién le dará al play antes de meteros en la cama, a quién le clavas las uñas mientras piensas en mi voz, quién te dice "ya queda poco para volver a vernos" con la misma ilusión que lo hacía yo mientras nos mirábamos.

Dónde se supone que estamos, dónde se supone que quedó la huella de lo que fuimos, dónde están las ventanas que daban a nuestro mundo, dónde están tus manos ahora que ya no tengo nada, dónde ha quedado el cine particular y los platos vacíos, dónde está la tiza de nuestra silueta muerta, nuestra, juntos.


Sé que pude hacerlo mejor, sé que nos quisimos, sé que Madrid nunca fue tan bonito como lo fue contigo,

que nuestra risa seguirá sonando por todos los parques, por todos los callejones y se desbordará en Gran Vía, hasta que ni tú, ni yo, recordemos cómo gritaba.


Gracias por aparecer en mi vida, por darle la vuelta, por recordarme que aún me queda vida, y que aún puedo morir más veces. Gracias por romper los relojes y dejarme sin noción del tiempo, por poner tu cepillo de dientes en el baño de mi cabeza para quedarte hasta que yo anule el contrato. Gracias, eternamente gracias, por el pasado, por el presente, y por hacer eco por la casa.




Hasta siempre, ___________ 

Fdo: Javi, no el de hoy, el de mañana.




 Posdata: Hoy, te quiero.

1 comentario:

Vamos, no te cortes, como si estuvieras en tu casa.